¿Por qué los campesinos de determinadas regiones del mundo cultivan plantas que las convenciones internacionales han declarado ilícitas? Esa es la pregunta esencial a la que el I Foro Mundial de Productores de Cultivos Declarados Ilícitos (FMPCDI) intentará dar respuesta.
Los días 29, 30 y 31 de enero de 2009 Barcelona será la sede del FMPCDI. CERAI es el organizador principal de este encuentro Internacional.
El FMPCDI pretende ser un espacio de diálogo donde los participantes intercambien experiencias, aborden problemáticas, reflexionen sobre sus situaciones y se articulen procesos de colaboración futuros que defiendan los derechos humanos de las comunidades afectadas y planteen modelos de desarrollo sostenible.
Participarán en el Foro: organizaciones agrarias y sociales, expertos, ONG´s, instituciones gubernamentales, productores procedentes de diversos continentes.
Los objetivos
:: Informar sobre los problemas políticos y socioeconómicos que empujan a las comunidades hacia la producción de cultivos declarados ilícitos, dándolos a conocer a la opinión pública mundial.
:: Abordar el porvenir de las poblaciones afectadas: desarrollo equitativo y sostenible de las economías, los territorios rurales, los recursos naturales, reformas agrarias, desarrollo alternativo, desarrollo de usos lícitos de estos cultivos (culturales, medicinales y alimenticios)
:: Generar propuestas de políticas distintas para ser presentadas a las instancias oficiales pertinentes
:: Articular asociaciones y redes capaces de ser interlocutoras de las autoridades y entidades regionales, nacionales e internacionales, a la vez que actores de su propio desarrollo.
La situación de los campesinos productores de cultivos declarados ilícitos
Cada vez es mayor la preocupación de la comunidad internacional por la expansión del tráfico y consumo de drogas declaradas ilícitas. Detrás de esta problemática se encuentran comunidades campesinas de Asia, América Latina y África que cultivan estas plantas. Millones de personas viven o sobreviven de su producción agrícola, siendo quienes menos ingresos obtienen de toda la cadena del tráfico internacional de estupefacientes.
“Campesinos criminalizados”, pobres y sin defensa, actores desprotegidos, su voz no es escuchada por los gobiernos de sus países, ni por los organismos internacionales que elaboran estrategias que teóricamente les “benefician”, no contando en la mayor parte de los casos como interlocutores para la comunidad internacional.
En el año 2005, según la ONU, las plantaciones ilícitas de opio alcanzaban las 150.000 hectáreas solamente en Asia. La hoja de coca por su parte, se extendía sobre 160.000 hectáreas en Perú, Bolivia y Colombia. Y el cáñamo, únicamente en Marruecos, según datos del Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen, ocupaba una superficie en 2003 de 134.000 hectáreas. Entrados ya en el siglo XXI tras cien años de Convenciones que ilegalizaron las plantas de drogas, y a sus productores, aplicándose políticas represivas atentatorias en muchas ocasiones de los derechos humanos (erradicaciones forzosas sin alternativas, fumigaciones, detenciones arbitrarias, etc.), el problema no solo no ha disminuido, sino que ha crecido a niveles muy superiores.
Ante este hecho, diversas organizaciones y personalidades, han decidido convocar un Foro mundial que aborde la problemática de aquellos, que se ven obligados para poder subsistir, a producir plantas que han sido declaradas ilícitas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario